Gran relato del grande ricardo (nega), muy recomendable espero que os guste :) 
Año 2050. Algún remoto lugar del Hemisferio Norte.
-Abuelo, he  estado buscando en el baúl de los recuerdos y he encontrado muchas fotos  antiguas. Mira ésta, no lo entiendo. ¿Qué hacía tanta gente en la  calle? Se les ve enfadados. ¿No había toque de queda?
- Ah… estoy cansado… Martita, se llamaban huelgas.
- ¿Huelgas? ¿Qué es eso abuelo?
- No lo recuerdo con claridad… era cuando los trabajadores dejaban de trabajar.
-  ¿Dejaban de trabajar? ¿Por qué razón? Hoy casi nadie tiene trabajo,  recuerda que tuve que acostarme con el administrador para conseguir el  puesto en la fábrica.
- Calla Martita calla… estoy cansado… Las  huelgas era cuando los trabajadores dejaban de trabajar para presionar a  la empresa y conseguir mejoras laborales y salariales. Lo que ves en la  foto es una manifestación. Se juntaban todos a protestar para ser  escuchados, unidos.
- ¿Y conseguían sus propósitos?
- A  veces Marta, a veces. Pero a finales del siglo XX llegó la Precariedad,  ese virus mortal que se extendió por todo occidente devastando la  calidad de vida de los ciudadanos. Uno a uno, los llamados estados  europeos del bienestar se fueron derrumbando como un castillo de naipes.  El Capital, en una maniobra de astucia sin precedentes creó la  Temporalidad, la herramienta ideal para evitar que surgieran vínculos  entre los trabajadores y así, eliminar la tradicional solidaridad entre  compañeros. Nadie daba la cara por nadie, era el sálvese quien pueda. El  retroceso fue constante y sin pausas. Fíjate que en los años 70, si un  trabajador era despedido, todos los compañeros de la fábrica se ponían  en huelga para solidarizarse e intentar así que fuera readmitido, no  sólo sus compañeros, a veces todo el polígono industrial se ponía en  huelga y trabajadores de otras fábricas cercanas también hacían paros,  pero un mal hombre llamado Carrillo nos vendió a todos.
- ¿Carrillo?
-  Sí, una de las vacas sagradas de la llamada transición democrática,  cuando murió le hicieron una serie en Antena 3 igual que al Rey y a  Suárez, hundió al partido. Da igual déjalo…En aquellos años los  asalariados eran amigos, ten en cuenta que la mayoría llevaban 10 ó 15  años trabajando codo con codo, eran casi como una familia, hasta se  llamaban hermano entre ellos. Llegaron los 80 y la temporalidad resolvió  el problema. ¿Cómo vas a solidarizarte con alguien que apenas conoces?  ¿Vas a poner tu puesto en juego por alguien que lleva unos meses? ¿Vas a  hacer peligrar tu pan por un perfecto desconocido en una empresa en la  que sabes que cuando se te acabe el contrato vas a la calle? Obviamente  No. El pan se lo juega uno por un hermano, no por un desconocido.  Llegaron los 90 y el trabajador se convirtió en Individuo; aislado,  competitivo, corporativo. La solidaridad quedó relegada a televisados  maratones navideños donde los millonarios, directivos de prósperas  empresas como El Corte Inglés o Telefónica, hacían donativos para los  niños pobres para de esta forma, humanizar el corazón de los poderosos.  Así sustituyeron la Solidaridad por la Caridad que puede parecer lo  mismo pero están mortalmente enfrentadas. La caridad es dar lo que te  sobra, la solidaridad es dar todo lo que tienes.
Te pondré un  ejemplo Marta, tu bisabuela, es decir mi mamá, era auxiliar de clínica y  trabajó un tiempo en una residencia de ancianos propiedad de unas  monjitas. Muchos empresarios para lavar su conciencia, regalaban a la  iglesia ingentes cantidades de productos, sobre todo alimentos. No es  que las monjas fueran pobres ni mucho menos, pertenecían a la empresa  con más beneficios del mundo. Cada mes, llegaban al convento-residencia  cajas y más cajas de comida; arroz, chocolate, leche, pan, pasta…  incluso vino y whisky. Las monjitas daban buena cuenta de todo, mi mamá  decía que así estaban todas de hermosas, no olvides Marta que la  obesidad es una enfermedad capitalista, como el estrés o la depresión.  Pues bien, cuando los productos que las religiosas no habían podido  devorar  habían caducado o estaban apunto de hacerlo, se ofrecían a los  pobres, los regalaban a la beneficencia o a servicios sociales para  familias sin recursos. Eso es caridad Marta, dar lo que te sobra cuando  has cubierto más que holgadamente tus necesidades. Bueno en este caso,  en estas monjitas en particular, más que caridad era una vileza propia  de miserables pero creo que sirve de ejemplo. Cuando un trabajador se  pone en huelga para evitar el despido de otros compañeros, ofrece su  salario, en consecuencia su pan y el de su familia, todo lo que tiene.  Eso se llama solidaridad. Pero de eso hace mucho tiempo…  Lo peor vino  después, cuando se acabó el petróleo. La bolsa se vino abajo y la banca  saltó por los aires, perdí mi plan de pensiones.
- ¿El petróleo lo dominaba todo abuelo?
-  Todo Marta, absolutamente todo. Hasta organizaban guerras para hacerse  con él. Piénsalo por un momento, qué estupidez tan enorme, matar por un  producto, además perecedero.
- Mira esta foto, qué guapo y qué joven sales. ¿La abuela nunca iba a las manifestaciones?
-  Ah…. la abuela… estoy cansado Marta, muy cansado. No, la abuela no  venía a las manifestaciones, pensaba como muchos otros que aquello del  cambio climático era la paranoia desmesurada de cuatro melenudos que  fumaban porros y a los que desgraciadamente el tiempo les dio la razón.  La abuela sólo se centró en su carrera profesional y política, llegó a  alcaldesa ¿sabías? Fue poco antes del descongelamiento total de los  polos y la pérdida de todos los ecosistemas.
- ¿Qué son porros abuelo?
- Era una planta que fumaban algunos para parecer y creerse más de izquierdas Martita.
- ¿Izquierdas abuelo?
- Da igual, déjalo.
- ¿Abuelo es cierto que cantabas en un grupo?
-  Durante un tiempo Marta…  Pasión de Talibanes nunca llegó a publicarse,  no me apetece hablar de ello. A Toni lo condenó Marlaska a 15 años, no  por las letras sino por acostarse con una groupie despampanante que  luego resultó que tenía 16 años y no los 25 que perjuraba con la mano  sobre un volumen de EL Capital, estaba muy desarrollada para su edad…
-  Háblame de los hombres oscuros que llegaron del Sur. ¿Es cierto que por  su culpa estalló la gran guerra que devastó dos tercios de la  humanidad? Papá dice que la culpa de todo la tuvieron los hombres  oscuros del Sur.
- Ah… ese hijo mío… miembro del cuerpo estatal de  moralidad y ética… tu abuela lo malcrió… No Marta, los hombres oscuros  no tuvieron la culpa, la culpa fue nuestra que los matábamos de hambre y  enfermedad. Llegó un punto en que la cosa fue insostenible, llegaban  por tierra, por mar y aire, primero miles, luego millones. Poco después  de que España ganara su tercer mundial de fútbol de forma consecutiva,  el planeta entero estalló. Por supuesto, los blancos ricos del norte,  dueños de los más poderosos medios de comunicación, organizaron una  campaña culpando a los hombres oscuros del Sur, entonces comenzó la  cacería del extranjero. Se blindaron las fronteras con gigantescos muros  llenos de alambre y espino, ametralladoras y francotiradores pero  pasaron por alto que en el corazón de Occidente ya había muchos hombres  oscuros del Sur instalados.
- ¿Es cierto que hubo un tiempo en que  nosotros convivíamos en paz con los hombres oscuros del Sur? ¿Y que  habitaban nuestras ciudades y acudían a nuestras escuelas?
- Verás  Marta, en aquella época el ciudadano occidental tenía un miedo terrible  al trabajo duro, al esfuerzo físico, al sol… Entonces algunos hombres  oscuros del Sur vinieron a desempeñar los trabajos que nosotros  rechazábamos. Las grandes potencias económicas se forjaron así, con el  trabajo casi esclavo de los extranjeros, Estados Unidos, Francia,  Alemania… Muchos españoles fueron a trabajar a Alemania a realizar los  trabajos más pesados y denigrantes. El país germano se convirtió en la  mayor potencia económica europea gracias a la mano de obra barata de  españoles, yugoslavos, turcos…
- ¿Quienes eran los españoles abuelo? ¿Hombres oscuros del Sur?
-  No exactamente Marta. Los españoles… ay… nunca se pusieron de acuerdo.  Zapatero legalizó el aborto, la eutanasia y concedió el estatus a  Cataluña de estado libre asociado. Entonces unos militares malos  encabezados por un periodista de la COPE y financiados por la CIA, se  levantaron en armas, Valencia se convirtió en la sede y capital de los  golpistas. Ah… los españoles… Antes de la Gran Guerra contra los hombres  oscuros del Sur, había algunos que protestaban por la masiva presencia  de extranjeros, argumentaban que había mucha delincuencia y que vivían  tres familias en un piso. Olvidaban que sus compatriotas también fueron  extranjeros en Alemania, ocupando trabajos de mierda y no viviendo en  pisos varias familias, sino en barracones de obra prefabricados con el  resto de trabajadores extranjeros de la fábrica con los que compartían  habitación, aseo y comedor, hacinados como reses. Esto el abuelo lo sabe  porque tenía una tía que se vio forzada a emigrar a Alemania cuando  aquí no había trabajo por culpa de un señor bajito con bigote. Los  españoles aunque eran europeos, fueron vistos en Alemania casi como  hombres oscuros del Sur.
- El tiempo de la visita ha terminado señorita.
- Abuelo, tengo que irme. ¿Cuándo saldrás de aquí?
- Pronto Marta…  pronto.
- Le repito que el tiempo de la visita ha concluido señorita, haga el favor de acompañarme.
-Abuelo  ¿Tú no eres un terrorista verdad? Fue todo un error. Tú nunca estuviste  en posesión de esos libros prohibidos. Tú nunca hubieras hecho saltar  por los aires el ministerio de información… ¿verdad abuelo?
-Estoy cansado Marta…  muy cansado…
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